Hace tiempo que tenía ganas de
escribir sobre la rivalidad que existe entre las madres. Cuando empecé mi
camino en la maternidad, hace ya un par de años, me di cuenta que existe una
rivalidad y una competitividad entre las
madres exagerada y desmedida.
Seguro que más de una vez hemos escuchado o incluso hemos hecho críticas
hacia otras mamás o familias por como educan a sus hijos, si hacen purés o
BLW, por si llevan a sus hijos a una
guardería o han optado por criar a sus hijos en casa, por si toman pecho o
leche artificial, si hacen o no colecho, etc. Este post se podría decir que es una invitación para que antes de juzgar a alguien en una cuestión tan íntima como es su familia y la crianza reflexionemos.
A veces me da la sensación que estas
rivalidades no son más que inseguridades y miedos por hacerlo bien, una manera de autoafirmarnos que estamos
haciendo lo correcto, pero que para ello estamos menospreciando lo que hacen en las casas
ajenas. Parece que la maternidad se ha convertido en una competición para ver
quien lo hace mejor, que familia es más perfecta y a ver quién es mejor madre… pero
¿y qué es ser buena madre? Las madres perfectas no existen. Me indigna ver que
entre madres en lugar de apoyarnos y ayudarnos nos juzguemos constantemente. Alguien
podría explicarme porque motivo una familia que decide alimentar a sus hijos
con purés han de ser peores padres que los que hacen el BLW o al revés? Acaso
no lo hacen porque creen que es lo mejor para sus hijos? Y el hacer lo que uno
siente que es lo más adecuado es ser un mal padre? Seguramente la familia que opta
por los triturados lo hace por miedo a que su bebé se atragante, porque quizás
también piensan que así el niño estará
bien alimentado ya que probablemente coma más cantidad y seguramente porque se
lo ha indicado el pediatra, mientras que la familia que se decanta por el BLW
probablemente lo haga porque quiere respetar la sensación de saciedad del niño,
quieren fomentar su autonomía, estimular sus sentidos, etc. En ambas familias
hay unos padres que aunque tienen puntos de vista muy diferentes se esfuerzan
cada día por hacerlo bien y por dar lo mejor a sus hijos. De verdad veis aquí a
un mal padre o a una mala madre? Pongo este ejemplo como podría poner cualquier otro.
Creo que la gran mayoría de
familias hacen todo lo posible por dar lo mejor a sus hijos, cada uno con su
punto de vista pero siempre pensando en lo que les será más beneficioso.
El respeto hacia los demás, la
confianza en uno mismo, ser comprensibles, son valores que seguramente todos los padres
querremos que nuestros hijos tengan en un futuro, para ello el primer paso para
que los aprendan de forma natural es mostrárselos nosotros mismos día a día.
Nunca tendremos niños que sepan respetar si no predicamos nosotros mismos con
nuestro ejemplo.
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¡Totalmente de acuerdo!
ResponderEliminarEspero que tu peque esté mejor hoy ya. Besitos!
pues si, hay que aprender a empatizar... es esencial.
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